miércoles, julio 05, 2006

Consejos para el Camino de Santiago.


¿Sabe que lo más recomendable es llevar un peso de, aproximadamente, la décima parte de su cuerpo con un máximo de unos 9 kilos? ¿Sabe que para eso tendremos que dejar muchas cosas que en nuestro día a día en la ciudad nos parecen esenciales? Venga, no se desanime. Seleccione lo que se va a llevar y, después, cuando compruebe que supera el peso, reseleccione. Recuerde que, si va en grupo, compartir es esencial.

- Primero, la documentación: El DNI o pasaporte; la tarjeta de la seguridad social o semejantes, la credencial del peregrino, que conseguiremos en las asociaciones del camino o en los principales refugios, una tarjeta de crédito (en metálico lo necesario para dos tres días, nunca para todo el Camino). Es difícil calcular cuánto dinero llevar, pero el mínimo diario que gastaremos será de unos 18-20 euros (12 euros en alimento, 3 euros en alojamiento y 3 euros más en otros gastos). De todas formas, al ser una peregrinación, se recomienda alejarse del consumismo. Todo esto lo llevaremos en la riñonera, de la cual no nos separaremos.
- Ropa: 3 camisetas, 2 pantalones (se recomiendan los pantalones desmontables), 3 juegos de ropa interior, 3 pares de calcetines (cuide de que no hagan arrugas cuando se los ponga), un jersey, (si no es verano, se debe llevar un polar, un chubasquero o capa de lluvia, gorra y guantes), un traje de baño en verano.
- Calzado: Deportivas o botas que no sean nuevas y con las que se encuentre cómodo. Para el refugio y la tarde, unas sandalias en verano u otras deportivas cómodas en el resto del año.
Un saco de dormir ligero en verano, no tan ligero en otras épocas, y esterilla en verano, por si toca dormir en el suelo.
- Botiquín: Aspirina, vaselina o Vicks Vaporub (en los pies, antes de ponerse los calcetines por la mañana), crema para el sol (primavera y verano). Para evitar rozaduras se recomienda ponerse los calcetines del revés.
- Cosas prácticas (esenciales): Una toalla (pequeña, a ser posible), bote pequeño de jabón y champú, sombrero o gorra, botella pequeña de agua que iremos rellenando en las fuentes potables, juego de cubiertos, taza, bolsa de aseo, un pequeño cuaderno de notas, algo para escribir, una funda para almohada, una guía del peregrino, una tarjeta de teléfono o móvil con su respectivo cargador y, por supuesto, mucho ánimo y buen humor.
- Cosas prácticas (si se desea): Algún identificativo del peregrino (como bordón o concha), un mechero, hombreras para evitar roces con los tirantes de la mochila, tapones para los oídos (por los ronquidos), jabón de trozo para lavar la ropa, crema para los mosquitos, desinfectante, gasas, aguja e hilo, Biblia, Evangelios o pequeño libro para reflexionar, cortaúñas, linterna, bastón y pinzas para tender la ropa.
- En la mayoría de los refugios hay sartenes o cazuelas. Evite peso innecesario.
- (A pie): Todo lo llevaremos en una mochila y en una riñonera, de forma ordenada y en bolsas de plástico. Lo más pesado abajo, pegado a la espalda.
- (En bici): Alforjas en la parrilla. Evitar mochilas o peso en la espalda. En bici hay que llevar si cabe menos que andando. Es importante aprender a equilibrar el peso que llevemos. También debemos llevar casco, un candado, vestimenta de ciclista (maillot o camiseta de colores vivos o reflectantes y culottes), herramientas en el triángulo y muy recomendadas las gafas.

¿Dónde dormir?

Una de las características más peculiares del Camino de Santiago es la hospitalidad jacobea, a través de la que se acoge al peregrino que va a Santiago en diversos albergues y refugios, habitualmente mantenidos y atendidos por personal voluntario. Poco o nada se parecen a los albergues juveniles, pues disponen de menos comodidades. La mayoría de los refugios no están abiertos antes de mediodía. Adáptese a las normas de cada refugio; sea amable con el hospitalero y haga caso de sus indicaciones; seguramente lo hace voluntariamente y le está dedicando a usted su tiempo libre. Aunque no se lo pidan, deje un donativo para los gastos de unos tres euros. Sea educado y agradecido. Deje todo lo más limpio posible. Intente no manchar los colchones, evitando dejar las mochilas en ellos. En los refugios no se reserva ni se puede dormir más de una noche, salvo casos de enfermedad. La mayoría no acepta animales de compañía. No sea ruidoso por la noche y, si va a madrugar, tenga todo preparado para no molestar al resto de peregrinos al levantarse. Evite el ruido de las bolsas.
Los refugios son exclusivamente para peregrinos a pie, en bici o a caballo. Si va con coche de apoyo, no juegue con la buena voluntad de los demás. Busque lugares alternativos para pernoctar o utilice tiendas de campaña.
Los grupos de más de nueve personas deben llevar su propia infraestructura (como tiendas de campaña) o buscarse otros lugares de alojamiento alternativos.
Recuerde que los peregrinos de a pie tienen preferencia sobre los ciclistas. Si el refugio está lleno (habitualmente en verano), busque lugares para dormir alternativos.

La jornada

Aproveche el Camino. Visite, conozca gente, disfrute, reflexione y mantenga siempre el buen humor. La jornada puede distribuirla como mejor le parezca, pero en verano se recomienda levantarse relativamente pronto y no andar al mediodía, para evitar el sol y el fuerte calor. He aquí algunas indicaciones adicionales:
- Haga estiramientos antes de salir.
- No se duche por la mañana. Si lo cree realmente necesario, evite el agua caliente, ya que predispone la piel para rozaduras o ampollas.
- Si desea caminar en grupo, el que manda es el que va más despacio.
- En cuanto a la alimentación, no realice comidas copiosas. Es conveniente tomar más azúcar que de normal, mediante la forma de dulces o miel, fruta y frutos secos, como nuez, cacahuetes o pasas y barritas energéticas o sales minerales. Siempre hay que llevar un poco de alimento encima, pero no es necesario cargar con la comida de todo el día. Pare cada hora u hora y media y beba y coma un poco. No obstante, no realice grandes paradas.
- En camino, siga la flecha amarilla. Toda la ruta está marcada con ellas, más o menos. Y si no hay flecha, siga la lógica u otras marcas que hayan dejado otros peregrinos. Infórmese. No dude en preguntar al hospitalero o a lugareños sobre cómo se presenta la etapa del día siguiente.
- Sea civilizado. No tire ni basuras ni colillas. Sería de agradecer, si puede, que recogiera basura que encuentre por el camino para tirarla en el primer contenedor.
- Dosifique convenientemente. Normalmente, no se hacen días de descanso. Reduzca la jornada cuando esté agotado; no hay que obsesionarse por los kilómetros y el esquema prefijado.
- El sol será su peor enemigo en verano. No olvide la gorra o sombrero y la crema protectora. Evite a toda costa andar a mediodía.
- Cuide su salud. Si le salen ampollas, algo que seguramente ocurrirá, tenga claro que no se debe arrancar la piel, ni quemarla ni cosas raras. Es simple. Utilice aguja desinfectada, atraviese la ampolla y deje que se produzca el drenaje. Proteja la ampolla con tiritas o apósitos. En caso de que le molesten durante varios días, o se haya quemado los pies, o tenga tendinitis o cualquier otro dolor, deje el Camino. Continuar sólo lo agravaría y lo primero debe ser su salud.
- No se desanime si hace kilómetros de más porque se pierde o tiene problemas en algún tramo. Doscientos metros de camino embarrado le podrán costar más que dos kilómetros de carretera y le harán maldecir en arameo. Siga a su ritmo.

Más información en: http://www.caminhodesantiago.com/faq2.htm